Un blog de Malena Millares

domingo, 7 de enero de 2018

UNA CARRERA SIN META

Si bien es cierto que los números aún pueden salvar a la UD Las Palmas del descenso, no es menos cierto que la puesta en escena y el espectáculo ofrecido durante toda la temporada, incluida la tarde de ayer, nos llevan a presagiar que la dinámica del equipo no es la óptima para una recuperación casi milagrosa que nos libre de la quema.

Con la llegada del cuarto entrenador, Paco Jémez, hemos apreciado en dos partidos, uno de Copa y otro de competición regular, una mejoría notable en los primeros cuarenta y cinco minutos, para luego diluirse en la nada en las segundas partes. Tremendas fueron las palabras del míster después del encuentro con el Eibar: “Hay cosas más graves de lo que pensaba”.

Si echamos la vista atrás, apenas unos cuantos meses que abarcan la última etapa de Setién, no se nos esconde que el declive comenzó con la noticia de que no habría renovación. Al finalizar la temporada 2016/2017 algunos jugadores reconocieron, públicamente, haberse entregado a la desidia, por aquello de la permanencia conseguida con antelación y el hecho de saber que quien estaba dirigiéndoles ya no se sentaría de nuevo en el banquillo. Y comenzó una nefasta carrera sin meta que se ha ido saldando con demasiadas derrotas y pocas victorias.

Observando desde la distancia, no parece que algunos de los nuevos fichajes de esta temporada hayan sido los adecuados para defenderla, puesto que Jémez, recién llegado, no quiere contar con ellos. “Creo que tenemos la mejor plantilla en la historia de la UD Las Palmas”, son palabras de su presidente que por desgracia nos están recordando el cuento de los Hermanos Grimm, con la tristeza de que el Príncipe se convierte en cada jornada un poco más en Rana.

El año empieza, y pronto lo hará la segunda vuelta. Errores, haberlos haylos, y ya que a este entrenador le dejan hacer, algo muy recomendable, espero que una luz divina le ilumine para transmitirle al equipo todo lo que convenga y así permanezca un año más en Primera. Luego se verá. Aún quedan secuelas del Cordobazo, y un remanente del ascenso con las emociones al límite, y no se puede repetir nada parecido tan pronto. No hay que seguir en posición sedente.

¡Arriba d'ellos!



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