Un blog de Malena Millares

miércoles, 15 de abril de 2015

EL FÚTBOL


¡Caray con este deporte y su entorno! ¡Cuántos quebraderos de cabeza nos trae a veces! No hay nada como el fútbol para mover a las masas, para exaltar los ánimos de sus seguidores; y qué pena que esa energía no se distribuya con mesura y nos lleve a ser igual de vehementes para luchar, por ejemplo, contra todas las injusticias, que haberlas haylas.

Siguiendo con el fútbol, hay que ver la cantidad de entrenadores que salen, que nos titulamos (me incluyo la primera), antes, durante y después de un partido. Como única y exclusivamente depende de los resultados, si no es favorable a los intereses de nuestro equipo, la mar interna se nos revuelve de tal manera que hasta podemos perder el norte con esa pasión casi desmedida. Es cuando nos atrevemos a cuestionar lo que el experto, en este caso un entrenador, decide. Pero, eso también lo hace más hermoso, siempre que no se zahiera a los implicados. Esa pasión, la admiración sentida por una historia en la que muchos creyeron, por la que entregaron gran parte de su vida, merece un respeto.

Y cómo cambia el panorama de una jornada a otra. Pasamos de la exultación a la más profunda de las decepciones, y sin tirar por la calle de en medio. Seguramente no aprenderemos a relativizar un mal resultado, porque tampoco lo hacemos con la propia vida, aunque sigamos intentándolo.

Siempre será el que es, el deporte por excelencia que tantos ríos de tinta hace correr, el que saca del hastío a más de un individuo, el que anima a llenar las gradas de un estadio de cánticos y colorido. Debe ser algo más que once contra once y un balón pateado sobre un césped cuidado. Algo tendrá que, a pesar de los años, no me canso de él.


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