Un blog de Malena Millares

martes, 8 de marzo de 2011

EL ESPÍRITU DE GUEDES

Sé que la expresión “la UD Las Palmas es una de nuestras señas de identidad” suena a estribillo repetido de una canción antigua, que siempre se cuela en todo comentario sentido acerca de nuestra entidad, pero la evidencia está en todos y cada uno de nosotros, cada cual vive estos colores con mayor o menor intensidad, pero no hay una persona en esta bendita tierra, da igual la edad, que no perciba, cuando se menciona su nombre, UNIÓN DEPORTIVA LAS PALMAS, cómo en su interior se descoloca el mundo de los sentimientos, que tenga la necesidad de protegerla como si de una hija se tratase, hija, que a través de los tiempos permanece viva, cuya historia se transmite de abuelos a hijos y de éstos a nietos. Forma parte de nuestra familia, una vez que entra, es como el hijo adoptado al que no quieres ni puedes apartar de tu vida.

Después del último varapalo recibido, y algo más serena, estoy en estos días disfrutando de la lectura del blog “Tinta Amarilla”, de Manuel Borrego, sobre la figura del hasta hoy inigualable JUAN GUEDES, cumpliéndose en estas fechas cuarenta años de su fallecimiento. Tuve la gran suerte de verle en el Estadio Insular, en contadas ocasiones siendo una chiquilla, y aunque mi percepción era la de una niña, llevo en mis recuerdos los comentarios de mi familia, una figura esbelta, sobresaliente entre los demás por su altura, un jugador que cuando tocaba el balón hacía las jugadas más elegantes y precisas que nunca habían visto; también las expresiones que escuchaba acerca del clamor de la gente, los aplausos del graderío ante sus magistrales pases en largo, medidos a la perfección que solía colocar de memoria a los extremos.
Son vagos mis recuerdos sobre él y los que poseo son más bien por la referencias que daban en casa mis padres y sus amigos, pero esto contribuyó a que fuese creciendo con la figura de Juan Guedes como un ídolo de mi adolescencia, que tras su ida en 1971 se convirtió en un mito. Lo mismo hubo de pasarme con Tonono, al que sí vi jugar durante años, hasta su muerte. En el concienzudo y magnífico trabajo que Manuel Borrego hace en su blog, está aportando manifestaciones entrañables y emotivas de diferentes personalidades y de jugadores veteranos, que tantos años estuvieron al lado de “el mariscal”, dando a conocer a un Guedes tremendamente comprometido con sus colores, que no podía evitar su sentimiento de culpabilidad cuando Las Palmas erra derrotada, un amigo de todos sus compañeros, por los que daba la cara ante el club con la finalidad de resolverles sus problemas, un hombre de la tierra, socarrón, que tuvo claro que el color de su camiseta sería siempre el amarillo y que soñaba con ser, algún día, presidente de la Unión Deportiva Las Palmas.

Hoy en día miro con tristeza a mi equipo, y echo muchísimo de menos el que no tengamos a un jugador como Juan Guedes Rodríguez, a un hombre que sea capaz de liderar al conjunto canario, sin que la edad sea un handicap, con la personalidad suficiente para arrostrar al contrario, que sufra las derrotas como él lo hacía, poniéndose en la piel del aficionado, que salga al campo y juegue cada partido como si fuese el último, a cara de perro, que contagie a sus compañeros la ilusión y el sueño por conseguir la victoria, que no se arrugue ante los contratiempos y que cuando termine la tarea pueda torcer, mojada, la honrosa camiseta amarilla.
Los futbolistas profesionales, y los de la UD Las Palmas que son los que ahora  importan, son personas que están trabajando en lo que les gusta, no todo el mundo puede hacerlo, son seres privilegiados, que cobran un sueldo por algo con lo que están disfrutando, y su agradecimiento a la vida debería ser doble, por estar en ella y por trabajar en lo que han elegido. La responsabilidad y la entrega deben ser obligaciones ineludibles y jamás deberán escudarse en que el contrario hace mejor su labor o es superior.

Si se pone toda la carne en el asador, no todo estará perdido. Son ellos y la propia entidad los que deben aplicarse la conocida frase “A grandes males, grandes remedios”. Los aficionados vamos a seguir apoyando, pero necesitaremos también que nos proporcionen algo de alimento...

2 comentarios:

  1. Pocos tienen ya esa fe en el equipo que en su dia nos dio tantas sastifacciones a los aficionados ,y "socios del club",. Ya queda en el recuerdo aquel equipo de primera, quizas sea un "todo" , siendo esta situaciòn, el reflejo de nuestra ciudad!
    Un abrazo con esperanza

    ResponderEliminar
  2. Sabias palabras Mercedes.

    Ayer cuando estaba oyendo por la radio el último tramo del partido del TF,que perdió 4-1,me dije:..Que esto nos sirva de aliento y pundonor para que echemos todo el resto y nos quedemos en esta categoría. Sé que no es políticamente correcto, pero me encantó el 4-1.
    Para que se dejen de tonterías.
    Me empalaga el ombliguismo chicha.

    A lo que vamos: Yo sí recuerdo ver jugar a Guedes,iba al Estadio Insular(¡qué faltita nos hace!!) con mi padre y hermanos..Era espectacular la belleza de su juego, su estilo inigualable,elegante...Me dolió muchísimo su partida, al igual que a todos los aficionados y seguidores de La U.D. que no solo eran Gran Canarios, ni siquiera Cananrios,sino del resto de España, Europa y Sudamérica.
    Lo admiraba muchísima gente, no solo por su juego,sino como persona.
    Siempre recuerdo a Tonono junto a él.Otro extraordinario y querido jugador.

    Muchos cariños Male..y a ver si te vienes al Club. Bsss

    ResponderEliminar